sábado, 22 de junio de 2013

Palabras de la Sra. Presidenta de los Argentinos Cristina Fernandez,en el acto de celebracion del dia de la Bandera realizado en Rosario.

Fueron ustedes, combatientes de Malvinas hace ya unos cuantos años igual que estos chicos que hoy agitan sus banderas, los que debieron ir a defender esa bandera que Belgrano recién nos mostraba de la bandera de los enemigos. La verdad que me encuentro muy feliz de estar en Rosario, en este renovado homenaje a la Bandera Nacional, donde vemos el Monumento Nacional a la Bandera orgullo de todos los argentinos, frente a nuestro río en un día de sol maravilloso.
Yo vengo hoy a recordar acá junto a todos los argentinos, a ese gran hombre, a ese gran patriota que fue Manuel Belgrano, que como decía recién quien lo representaba en la ficción -en una muy buena ficción debo reconocerlo-, vio la necesidad de crear una bandera para identificar al pueblo argentino frente a los que eran sus enemigos. La necesidad de los símbolos como identidad nacional.
Contaba que pidió permiso al Triunvirato y el Triunvirato no le contestó. Es que desde Buenos Aires, desde ese modelo centralista, nunca contestaban las demandas populares y las necesidades del pueblo. Era necesario, precisamente. construir un modelo nacional, popular, federal, de reconstrucción nacional; ese Belgrano que tantas veces fue atacado, ignorado en aquellos tiempos contemporáneos. Hoy es un héroe, pero en aquel momento algunos lo tachaban de loco, de loco cuando decidió crear la bandera y no le contestaron; cuando también le ordenaron, ante derrotas en Bolivia y en el Alto Perú, retirarse a Buenos Aires y donde él, que era un político que se hizo militar, pero era un político incorrecto afortunadamente, decidió desobedecer las órdenes y presentar batalla en Salta y Tucumán
Si no hubiera sido por la desobediencia, si no hubiera sido por la valentía y el coraje para oponerse a lo que el establishment de la época le imponía, hoy tal vez estaríamos todavía con el yugo colonial y San Martín jamás hubiera podido cruzar los Andes para liberar a pueblos hermanos. La historia hay que contarla completa para entenderla. Hay que contarla completa, porque sino, corremos el riesgo de cometer nuevamente errores.
A mí me gusta mucho, saben qué, me gusta mucho la historia, primero porque me gusta y segundo porque creo que de ella se pueden aprender muchas cosas. Nunca se repite la historia, nunca la historia es igual, pero tiene enseñanzas y tiene resultados que uno puede asimilar y, fundamentalmente, aplicar a nuestra realidad cotidiana.
Y me preguntaba: ¿cuáles son los enemigos que enfrentó Belgrano? Eran potencias coloniales, grandes potencias que en aquel momento del desarrollo histórico mundial, lo hacían a través de un colonialismo que se practicaba fundamentalmente en el plano territorial, en el plano militar, en el plano de dominación estrictamente colonial con gobiernos impuestos desde las grandes metrópolis.
¿Y qué similitud tenemos entonces de aquellos gobiernos impuestos por las grandes metrópolis que se llevaban de aquí todo para el gran mundo desarrollado con este mundo contemporáneo? ¿Con qué enfrentaron Mariano Moreno, Belgrano, Castelli, Monteagudo? Primero, se hicieron militares, pero fundamentalmente con las ideas, con las ideas de desarrollar una independencia que no solamente era territorial, sino que además era económica, social y cultural.
Y digo hoy que hemos vivido los argentinos tantos momentos tan difíciles, ¿cuál es el modelo de dominio que se quiere tener sobre los países? Ya no es necesario mandar ejércitos, ya no es necesario poner gobiernos. En los países se encuentran dirigentes que sin ningún tipo de problema y gobiernan en nombre de esos intereses traicionando los intereses del pueblo y de la patria.
Nos ha pasado, no quiero ser fiscal de nadie, algunos tal vez porque estaban convencidos de que ese era el modelo a seguir, porque estaban convencidos que los argentinos no valíamos la pena, no teníamos las suficientes capacidades o inteligencias. Yo me inclino porque ellos no tenían el suficiente coraje o valentía para hacer las cosas que tenían que hacer. Pero bueno, son visiones discutibles y opinables, como todas las visiones que uno tiene acerca de los grandes hechos históricos.
Lo que no es subjetivo, lo que es absolutamente objetivo, lo que es absolutamente cuantificable, lo que es absolutamente palpable y muchos en el cuero propio, fue el resultado de esas políticas de endeudamiento, de hambre, de falta de trabajo, de gente que se iba del país, de científicos que no tenían oportunidades y abandonaban la República Argentina, de universidades en la miseria, con profesores que ganaban dos mangos y con que nadie podía ingresar a la universidad porque no tenían ni para pagar el colectivo siquiera y entonces la universidad gratuita se transformaba solamente en un mito constitucional o en letra muerta de la Constitución.
¿Quiénes son hoy esos? Son los que desde los tribunales del exterior pretenden que le paguemos por afuera de lo que ordenamos en la reestructuración de la deuda y encuentran también aliados internos. Basta leer algunos diarios, basta escuchar algunas voces para darse cuenta que los personajes pueden cambiar, pero las metodologías y fundamentalmente aquellos que tienen colonizada la mente no cambian a través de los tiempos.
Algunos simplemente por una cuestión cultural, algunos simplemente porque quieren diferenciarse de lo que parece demasiado nacional y popular, porque es un poco oscura la piel o porque los trabajadores o los obreros o porque algunas cosas, sin darse cuenta creo humildemente, que esa clase media potente argentina nació precisamente porque pudo haber fábricas y obreros que generaran hijos para la clase media y que después los obreros que venían atrás contrataran los servicios de esos profesionales y de esa clase media.
Por eso es importante la historia, por eso es importante recordar, y esas son las luchas y las batallas contemporáneas, de un mundo también decadente que se está cayendo.
Fíjense ustedes, a diferencia de nuestro país, de nuestra historia, cuando las monarquías parecía que caían bajo el yugo napoleónico en 1815 volvieron a restaurarse y prácticamente gobernaron por todo lo que seguía del siglo XIX, casi hasta la Primera Guerra Mundial.
Acá, no digo suerte, porque la verdad que al mundo le vaya mal no es ninguna suerte, pero a lo que le está yendo mal, es al modelo que impusieron aquí durante algún tiempo o que todavía algunos siguen añorando.
Por eso, al recordar a Belgrano hay que recordarlo contextualizado también en nuestra época. Y yo les pregunto: si Manuel Belgrano viviera, si hoy estuviera aquí con nosotros, ¿con quién creen que estaría Manuel Belgrano? ¿A quién apoyaría Manuel Belgrano? Ese hombre de la industria nacional, ese hombre que hablaba del comercio, ese hombre que hablaba de los pueblos originarios. Hay que hacerse esa pregunta y les puedo asegurar que no se van a equivocar.
¿Con quién creen que estaría? Estaría con San Martín, con Yrigoyen, con nosotros también. ¿Saben por qué? Porque no hay nada más importante que una sociedad democrática, pero una sociedad democrática en serio, donde la ley es pareja para todos, donde la igualdad, consagrada por la Constitución no es letra muerta, sino que da lo mismo llamarse Pérez que algún apellido ilustre. Pero todos sabemos que todavía, por lo menos, en algún sector de las instituciones, esto no es así.
Mi compromiso es con la historia, con el pueblo y, fundamentalmente, con la memoria de aquellos que dieron su vida para vivir en una Argentina mejor. Mi compromiso es con Belgrano, es con Moreno, es con San Martín, es con Rosas, con Yrigoyen, es con Perón, es con Eva, es con los más de 30 mil desaparecidos en la República Argentina, con los millones y millones de trabajadores que se quedaron sin trabajo, con los pibes que vieron fracasar a sus padres sin trabajo, es también por lograr una Justicia que de verdadera seguridad a los argentinos.
Gracias Rosario, gracias Santa Fe. ¡Feliz Día de la Bandera! ¡Viva la Patria, viva la Patria, viva la Patria, viva Argentina!

No hay comentarios: