Fueron ustedes,
combatientes de Malvinas hace ya unos cuantos años igual que estos
chicos que hoy agitan sus banderas, los que debieron ir a defender esa
bandera que Belgrano recién nos mostraba de la bandera de los enemigos.
La verdad que me encuentro muy feliz de estar en Rosario, en este
renovado homenaje a la Bandera Nacional, donde vemos el Monumento
Nacional a la Bandera orgullo de todos los argentinos, frente a nuestro
río en un día de sol maravilloso.
Yo vengo hoy a recordar acá junto a todos los argentinos, a ese gran
hombre, a ese gran patriota que fue Manuel Belgrano, que como decía
recién quien lo representaba en la ficción -en una muy buena ficción
debo reconocerlo-, vio la necesidad de crear una bandera para
identificar al pueblo argentino frente a los que eran sus enemigos. La
necesidad de los símbolos como identidad nacional.
Contaba que pidió permiso al Triunvirato y el Triunvirato no le
contestó. Es que desde Buenos Aires, desde ese modelo centralista, nunca
contestaban las demandas populares y las necesidades del pueblo. Era
necesario, precisamente. construir un modelo nacional, popular, federal,
de reconstrucción nacional; ese Belgrano que tantas veces fue atacado,
ignorado en aquellos tiempos contemporáneos. Hoy es un héroe, pero en
aquel momento algunos lo tachaban de loco, de loco cuando decidió crear
la bandera y no le contestaron; cuando también le ordenaron, ante
derrotas en Bolivia y en el Alto Perú, retirarse a Buenos Aires y donde
él, que era un político que se hizo militar, pero era un político
incorrecto afortunadamente, decidió desobedecer las órdenes y presentar
batalla en Salta y Tucumán
Si no hubiera sido por la desobediencia, si no hubiera sido por la
valentía y el coraje para oponerse a lo que el establishment de la época
le imponía, hoy tal vez estaríamos todavía con el yugo colonial y San
Martín jamás hubiera podido cruzar los Andes para liberar a pueblos
hermanos. La historia hay que contarla completa para entenderla. Hay que
contarla completa, porque sino, corremos el riesgo de cometer
nuevamente errores.
A mí me gusta
mucho, saben qué, me gusta mucho la historia, primero porque me gusta y
segundo porque creo que de ella se pueden aprender muchas cosas. Nunca
se repite la historia, nunca la historia es igual, pero tiene enseñanzas
y tiene resultados que uno puede asimilar y, fundamentalmente, aplicar a
nuestra realidad cotidiana.
Y me preguntaba: ¿cuáles son los enemigos que enfrentó Belgrano? Eran
potencias coloniales, grandes potencias que en aquel momento del
desarrollo histórico mundial, lo hacían a través de un colonialismo que
se practicaba fundamentalmente en el plano territorial, en el plano
militar, en el plano de dominación estrictamente colonial con gobiernos
impuestos desde las grandes metrópolis.
¿Y qué similitud tenemos entonces de aquellos gobiernos impuestos por
las grandes metrópolis que se llevaban de aquí todo para el gran mundo
desarrollado con este mundo contemporáneo? ¿Con qué enfrentaron Mariano
Moreno, Belgrano, Castelli, Monteagudo? Primero, se hicieron militares,
pero fundamentalmente con las ideas, con las ideas de desarrollar una
independencia que no solamente era territorial, sino que además era
económica, social y cultural.
Y digo hoy que hemos vivido los argentinos tantos momentos tan
difíciles, ¿cuál es el modelo de dominio que se quiere tener sobre los
países? Ya no es necesario mandar ejércitos, ya no es necesario poner
gobiernos. En los países se encuentran dirigentes que sin ningún
tipo de problema y gobiernan en nombre de esos intereses traicionando
los intereses del pueblo y de la patria.
Nos ha pasado, no quiero ser fiscal de nadie, algunos tal vez porque
estaban convencidos de que ese era el modelo a seguir, porque estaban
convencidos que los argentinos no valíamos la pena, no teníamos las
suficientes capacidades o inteligencias. Yo me inclino porque ellos no
tenían el suficiente coraje o valentía para hacer las cosas que tenían
que hacer. Pero bueno, son visiones discutibles y opinables, como todas
las visiones que uno tiene acerca de los grandes hechos históricos.
Lo que no es subjetivo, lo que es absolutamente objetivo, lo que es
absolutamente cuantificable, lo que es absolutamente palpable y muchos
en el cuero propio, fue el resultado de esas políticas de endeudamiento,
de hambre, de falta de trabajo, de gente que se iba del país, de
científicos que no tenían oportunidades y abandonaban la República
Argentina, de universidades en la miseria, con profesores que ganaban
dos mangos y con que nadie podía ingresar a la universidad porque no
tenían ni para pagar el colectivo siquiera y entonces la universidad
gratuita se transformaba solamente en un mito constitucional o en letra
muerta de la Constitución.
¿Quiénes son hoy esos? Son los que desde los tribunales del exterior
pretenden que le paguemos por afuera de lo que ordenamos en la
reestructuración de la deuda y encuentran también aliados internos.
Basta leer algunos diarios, basta escuchar algunas voces para darse
cuenta que los personajes pueden cambiar, pero las metodologías y
fundamentalmente aquellos que tienen colonizada la mente no cambian a
través de los tiempos.
Algunos simplemente por una cuestión cultural,
algunos simplemente porque quieren diferenciarse de lo que parece
demasiado nacional y popular, porque es un poco oscura la piel o porque
los trabajadores o los obreros o porque algunas cosas, sin darse cuenta
creo humildemente, que esa clase media potente argentina nació
precisamente porque pudo haber fábricas y obreros que generaran hijos
para la clase media y que después los obreros que venían atrás
contrataran los servicios de esos profesionales y de esa clase media.
Por eso es importante la historia, por eso es importante recordar, y
esas son las luchas y las batallas contemporáneas, de un mundo también
decadente que se está cayendo.
Fíjense ustedes, a diferencia de nuestro país, de nuestra historia,
cuando las monarquías parecía que caían bajo el yugo napoleónico en 1815
volvieron a restaurarse y prácticamente gobernaron por todo lo que
seguía del siglo XIX, casi hasta la Primera Guerra Mundial.
Acá, no digo suerte, porque la verdad que al mundo le vaya mal no es
ninguna suerte, pero a lo que le está yendo mal, es al modelo que
impusieron aquí durante algún tiempo o que todavía algunos siguen
añorando.
Por eso, al recordar a Belgrano hay que recordarlo contextualizado
también en nuestra época. Y yo les pregunto: si Manuel Belgrano viviera,
si hoy estuviera aquí con nosotros, ¿con quién creen que estaría Manuel
Belgrano? ¿A quién apoyaría Manuel Belgrano? Ese hombre de la industria
nacional, ese hombre que hablaba del comercio, ese hombre que hablaba
de los pueblos originarios. Hay que hacerse esa pregunta y les puedo
asegurar que no se van a equivocar.
¿Con quién creen que estaría? Estaría con San
Martín, con Yrigoyen, con nosotros también. ¿Saben por qué? Porque no
hay nada más importante que una sociedad democrática, pero una sociedad
democrática en serio, donde la ley es pareja para todos, donde la
igualdad, consagrada por la Constitución no es letra muerta, sino que da
lo mismo llamarse Pérez que algún apellido ilustre. Pero todos sabemos
que todavía, por lo menos, en algún sector de las instituciones, esto no
es así.
Mi compromiso es con la historia, con el pueblo y, fundamentalmente,
con la memoria de aquellos que dieron su vida para vivir en una
Argentina mejor. Mi compromiso es con Belgrano, es con Moreno, es con
San Martín, es con Rosas, con Yrigoyen, es con Perón, es con Eva, es con
los más de 30 mil desaparecidos en la República Argentina, con los
millones y millones de trabajadores que se quedaron sin trabajo, con los
pibes que vieron fracasar a sus padres sin trabajo, es también por
lograr una Justicia que de verdadera seguridad a los argentinos.
Gracias Rosario, gracias Santa Fe. ¡Feliz Día de la Bandera! ¡Viva la Patria, viva la Patria, viva la Patria, viva Argentina!
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